Sobre mí

Mi Trayectoria

Estudié Derecho por venganza. No es una broma. Quería entender por qué el sistema funcionaba tan mal para tanta gente, y pensé que la mejor forma de cambiarlo era desde dentro.

Pero cuando me gradué, me di cuenta de que el problema no era solo el sistema jurídico en sí, sino cómo interactuaba con la tecnología. Veía cómo la digitalización estaba transformando todos los sectores, menos el nuestro.

Así que decidí hacer algo al respecto. Fundé mi primera empresa de Legal Tech en 2013, sin saber nada de programación. Aprendí sobre la marcha, tropezando más veces de las que me gustaría admitir.

Todo cambió cuando me di cuenta de que la tecnología no era solo una herramienta para hacer más eficiente lo que ya hacíamos. Era una oportunidad para redefinir completamente cómo funciona la justicia.

Por eso inicié mi doctorado en Derecho e Inteligencia Artificial. No para ser más académico, sino para entender a fondo las implicaciones de lo que estamos construyendo.

Hoy trabajo en la intersección entre tres mundos que casi nunca se hablan: el Derecho, la tecnología y la ética. Mi objetivo es simple: evitar que la revolución tecnológica nos borre los derechos sin que nos demos cuenta.